domingo, 11 de marzo de 2012

...Simple

La lápida está lista. Solo faltaba el epitafio. Se acabó.

No, no está en la mente. Está en los hechos, se terminó...moriré como todos los demás, pudriéndome, comida por los gusanos. No, ya no hay esperanza. Me doy por vencida. Es el final.

Alguien escribió una vez que no hay mayor dolor que recordar bellos momentos del pasado cuando el presente es solo tristeza. Pues bien, heme aquí...en mi peor tristeza.

Me he vuelto una caja de seguridad, inexpugnable.
Todo lo que creo se me escapa de las manos como arena. Mis viejas amistades son parte de una afiebrada fantasía.
Estoy tan vieja, tan vieja...viví unos pocos años, ahora solo existo. Me refugio en el recuerdo de un muerto que mantengo en un pedestal, mientras observo al resto apartado de mi, como un estigma. Como una mancha, como nada. No tengo valor para sentir algo, estoy tan ajena, tan olvidada...no deseo estar, no quiero permanecer. Desaparecer, volar, morir...

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