lunes, 30 de mayo de 2011

cruel circo romano

Son inmunes a esos gritos plañideros. Nadie los escucha, solo el verdugo de su triste agonía...
Lo siento desde mi ventana; su dolor, su hambre, su miseria...
Tan pequeño, tan indefenso he inocente, pero el mundo ya lo escupió hacia el circo de la crueldad. Y yo aquí, desde lo alto de mi morada, espectadora muda de la agonía de un inocente.

Siento su llanto como el mío, sus ojos quemándome las entrañas, su vida apagándose en las horas nocturnas del nuevo día.
Soy una cobarde. En mi búsqueda de salvación propia lo dejo solo y desesperado, no le aferro la mano, no lo sostengo en mis brazos.
Que impotencia la mía! mientras la cálida seguridad rodea mi cuerpo, allá abajo, como un niño, como un ser débil y asustado, vive el horror pidiendo a gritos la ayuda que no llega.

Y sigo mi camino, poco a poco me voy haciendo inmune a sus ruegos.
El llanto poco a poco cesa, ya no se oye el suplicio...solo algún lejano maullido que anuncia la partida de quien se ha ido.

sábado, 28 de mayo de 2011

Desde la sombra

Desde la sombra del precipicio hablo, más bien pienso... ira, frustración y miedo carcomen mis últimas palabras.
No puedo, quiero ni deseo rendirme, pero las fuerzas de mi inconsciencia son más fuertes, a ratos se vuelven poderosas.
La opresión en el pecho que solo el sueño puede doblegar, no sé cuanto más podré soportar.
...Si tan solo llorara, si tan solo cayeran decenas de lágrimas que confortaran este dolor silencioso pero mortal, pero no se puede, la vida no lo permite. Y una bendito sortilegio obstruye el manantial para dejarme con sed, infinita y tortuosa sed.

...Camino hacia adelante dando dos pasos hacia atrás...no avanzo, tampoco retrocedo...

miércoles, 25 de mayo de 2011

Crimen de soledad perdida en el desierto.
Gime tu conciencia con la mía.
Muero de rabia e impotencia en vida de espanto
No quiero seguir frente a lo invisible

Gano batallas inútiles, mientras te veo reír
Vuelves a mí tanto o más como yo a tí
Debes saber, debes comprender que no existo
...no mientras existas

Esplendor de acero y sangre de condenados
Valses silenciosos en nuestros encuentros
Miras al unisono mientras te observo suspirar.
Frío sepulcral nos invade a poco andar

Ya no existe sentimiento
No existe concesión
Extraños en una misma habitación
Mientras el olvido juega con los dos