domingo, 30 de diciembre de 2012


Qué injusta es la vida.
No hay nada que se pague en bien por hacer las cosas correctas.
Los que velan por sus propios intereses y se vuelven egoístas son los que triunfan.
No existe el final feliz para la chica buena.

En fin, estoy cansada, agotada, fatigada, CABREADA.
Tanto adjetivo para describir el fracaso con todas sus letras.
Y no es que no lo sienta, los otros me lo recuerdan y exprimen…y es tan malditamente odioso.

Hay veces, como ahora, que deseo desaparecer la raza humana, porque me doy cuenta que son todos una manga de oportunistas sin corazón.

Una vez pensé, hace mucho. hasta que el tiempo y las circunstancias fueron revelando el camino, que tenía una igual. Una “amiga” loca, simpática, confiable y segura. Una chica que pese a todo, la conocía bien. Entendí muchas cosas, aprendí con ella. Pero el tiempo, ese que todo lo revela, que todo lo borra o simplemente cambia hizo que aquello se viniera abajo..

TRAICIÓN se vuelve una constante en mi cabeza. Esa chica que una vez llegué a tenerle confianza hoy no significa nada más que un recuerdo borroso de alguien que no tuvo el coraje ni la valentía. Un ser cobarde que se vio envuelta en el sabor de la gloria para olvidarse de quien necesitaba una palabra de consuelo.
Pues bien, me hizo muchas y las fui guardando. Ya no creo más en gente ególatra, plástica y fútil.
La palabra AMISTAD es una mera invención. Estamos solos, y en este mundo gana el más fuerte.
Felicidades.