miércoles, 27 de abril de 2011

...Música de locos...

La mejor música es la que no podemos escuchar, esa que nace del silencio de nuestras emociones.
Hay que tomarle el ritmo, seguirla en cada compás…disfrutar de su cadencia…un, dos, tres. Un, dos, tres…

La fuerza de la melodía no es su estrepitoso resonar, sino su cálida y fría resonancia mental…suerte de algún artilugio del mal que absorbe a quien la escucha…sigilosa, silenciosa…un, dos, tres, un, tres…
Tal es su poder que deja sordo a los sonidos, enfrentándolos, desdeñándolos…quizá el silencio no sea tan malo, quizá si es sonido, la escuchamos…puede que estemos sordos del silencio, la sentimos…puede que seamos borrachos de la inexistencia, absortos en un mar de dudas y mareados de un devenir de tempestades.

Quién sabe de lo gris del pensamiento o del negro de las emociones.
Nadie a odiado jamás su propio aroma, porque no lo siente, no lo percibe, pero sabe que existe…y así, una vez más…los pensamientos ganan a la razón y ella se refugia en el desazón…lleno de sonidos, palabras rimbombantes sin sentido, principio sin final…simplemente vivo. Vivo yo, vives tú ¡vivimos todos!...pero no sé hasta cuando…

Triste realidad de los sentidos que no reflejan más que el vacío de la existencia que no existe si no somos conciente de ella…sonido, sentido, palabra…razón…no existe…

No vivo si no me recuerdas que lo estoy.

lunes, 18 de abril de 2011

Después de largos y tortuosos siglos bajos mis pies


Esta noche soñé contigo
Era niña nuevamente y ahí estabas. Junto a mí
Te quiero, te quiero, te quiero...te quiero
No te vayas te grité


Esta noche soñé contigo
y descubrí porque no lloro
Te robaste mis lágrimas al irte
Te extraño tanto mi pedacito de cielo

Esta noche soñe contigo
Y la desesperación volvió a mi puerta
Y mis lágrimas volvieron a arrasar como una tormenta mi corazón
Una pesadez funesta envolvió mi espíritu y fue como si el tiempo retrocediera

Esta noche soñé contigo
Me di cuenta de tantas cosas mi viejita, de tantas
Que te extraño, que te quiero... que me siento culpable...
Te necesito tan grandemente, que no puedo soportarlo


Esta noche soñé contigo
¿recuerdas la última vez que nos vimos?
Te tengo grabada a fuego en mi mente
No te puedo olvidar y las lágrimas vuelven a arremeter.

Esta noche soñé contigo
Quisera abrazarte y llorar todo lo que no he llorado en todos tus años de ausencia
Mi pequeño tesoro, mi más grande pérdida.
No me escuchabas, pero te juré no volver a ser la niña de la fácil sonrisa

Ya ves abuelita, mis labios sonríen, pero mis ojos no
Siempre llevaré esa culpa en mi corazón
Mis ojos tristes son el luto negro que llevaré hasta que la muerte también me reclame.
Quisiera poder abrazarte, como como esta noche, tan grandemente que creí perecer junto a tí

Si abuelita, esta noche contigo contigo y volví a viajar en el tiempo, a esa niñez perdida bajo capas y capas de aparente resignación.

Palabras sueltas

Tierra blanca echada a mis pies. Vida descontrolada. Nada es verdad, todo es mentira... O quizá somos el embrujo de lo escondido entre negros espejos sin reflejo.
De noche no puedo distinguir tu amargura, no consigo vislumbrar un solo atisbo de desconsuelo...solo un lento suspirar que llena mis pulmones y me hace gritar con lágrimas en los ojos...gritar pidiendo, implorando al tiempo detener su funesto paso...

No concibo la felicidad, me suena a máscaras de papel; falsa he hipócrita...
Pero dime ¿vives? porque yo lo hago por los dos. Quizá la muerte nos tenga compasión y nos regale el sueño eterno de la inconsciencia.
Y sin embargo, puedo decir ¡quiero vivir! ¡Por el amor de Dios, quiero hacerlo!...
Nunca creí mantenerme aferrada a la vida, solo por tí, por no borrar del presente lo que dejaste en el pasado.

El tiempo es el más grande y poderoso de los tiranos, destruye sin compasión todo a su paso... muy pronto me destruirá, quizá sea lo mejor...entonces, año, tras año, mes tras mes, día tras día...hora tras hora, minuto a minuto...toda mi esencia desaparecerá, no quedará rastro...

Y es que ¡No quiero ser olvidada! ¡No deseo cerrar mis ojos y desaparecer para siempre!...hasta los deudos más cercanos vuelven poco a poco a sus rutinas, y ya no duele tanto la pérdida...¡el tiempo hace un magnífico trabajo!...

¡He aquí mi más grande frustración! como gotas de rocío hemos de llegar al mediodía...extintos, olvidados para siempre...no hay vida después de la vida, no hay nada si los vivos no guardan a sus muertos, no existe salvación para un recuerdo olvidado...no tenemos alma en los murmullos del viento...solo silencio, silencio y susurro de hojas secas en bosques espesos, lúgubres y fríos que esperan, pero nunca son habitados...No existe camino hacia la gloria si tu alma muere contigo y tu mundo junto con ella...solos y olvidados, como palabras sueltas dejadas en un papel arrancado del libro del saber...

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...Solo el recuerdo mantendrá vivos a aquellos que ya no están...