miércoles, 25 de abril de 2012


Su mente fue confundida con un suave suspiro
No vio la puerta caer ni la ventana descender…fueron tonterías, tal vez.
Nadie sabe en verdad que pasará…es tan loco caer por ahí y no pararse nunca más…

Fuertes choques libres de pensamiento, fuertes remordimientos libres de sentimientos.
Quién sabe qué es lo que depara la lluvia que nos vigila desde el sur.
…la verdad, cortes, remembranzas,  locuras, miedo, terror…¡pánico!

  Estamos fríos de nuevo, seguramente es normal sentir un hielo espeso, cruel y tirano en los huesos. Sí, seguramente es normal sentir la pesadilla del amanecer entre tus manos día a día.

Supongamos que la locura también es normal…duele y ciega, pero sin su misericordiosa venia no podrías seguir…Oh! Locura, Oh! Avaricia, Oh! Egoísmo de virtud…

Quizá sea la noche, el momento, el lugar, la hora…qué se yo de lo que hay alrededor, pero la verdad es que mis manos escriben lo que no pienso ni deseo…lo hacen por inercia, seguramente escapando de sus verdaderas obligaciones e intenciones.

Sería muy tonto detenerlas, sobretodo cuando se sienten útiles. Sobretodo cuando me ocupan la mente y los deseos sin que yo esté presente.
Hay veces en que me cuentan incoherencias y yo las observo como idiota. Siempre tan dispuestas, entregadas…tan libres para el sacrificio. Aún así, saben que tienen poco tiempo y lo aprovechan al máximo, no como yo que destilo tiempo como si fuera regalo.

Y de nuevo esa dulzura en el estómago, como algo mágico que mis manos notan y toman apunte. Quizá expresen esas maravillas mejor que yo y por eso se toman libertades que no les he dado…se obnubilan con tanta emoción, se espantan con tanto sentimiento y huyen de tanto dolor.

Súplica


OH! mi señor, santo eres del pecado que nos guía
Bella estrella, salvador en tentación
OH! padre de virtud, salvad de tanta crueldad

Tanta miseria, tanto dolor, tanta agonía
Danos la paz que nos oculta el mediodía
Fiel y devota, tu sierva soy.

OH! mi señor, conduce tu corcel
Por los caminos errante está el pastor
Guíanos, condúcenos, procúranos.

¡Cuánta luz, cuánta oscuridad, cuánto sacrilegio!
No te afanes, no mires mi desesperación
OH! mi señor…

Sé sereno, sé paciente…OH! mi señor
Tu benignidad es lo que deseamos
En tu trono estamos, bebed de la vid.

…OH! mi señor, escuchad el llanto del desollado
Tanto dolor, tanto sufrimiento…
Justicia, amor y sapiencia a tus pies las dejo.

Sin tentación, sin mácula
Sin fiebres de oscuridad
Te rogamos tu favor…OH! señor, escúchanos

Es tan santa, tan serena tu bondad
Pedimos, escúchanos.
OH! mi señor,  tu templanza es mi fuerte.

lunes, 23 de abril de 2012

Esa noche


Deseo llorar y que el fuego consuma tus miedos de volar
…siempre supimos que el final vendría, no lo quisiste aceptar. Qué más da, el tiempo se acaba y nosotros junto con él.

Rompamos el espejo de falsos reflejos ¿no sientes la sangre descender?
Es fuerte y duele, muchos tratar de mantener esas columnas erguidas.

Quiero morir pronto, algunas veces imagino calmar la desesperanza con solo cerrar los ojos y no abrirlos…

Esa noche surgió la oportunidad y caminé como sonámbula hacia el que creía mi destino.
Fue una noche agria y vacía…mientras caminaba, miles de recuerdos igual de agrios y vacíos cubrían mi cabeza como un manto. A cada paso sentía mis ojos anegados en llanto que no era capaz de detener, mis pies sangraban bajo un camino frío y pedregoso.
Recuerdo que mis miedos más grandes subieron como la espuma hacia mi garganta y lanzaron un grito de angustia hacia la luna que yacía inmóvil en el firmamento.

Mi vestido vaporoso, blanco y muy sencillo revoloteaba en la noche estrellada.
Dulce por un instante fue la quietud de la muerte y la deseé…apuré mis pasos hacia el infinito y cuando llegué mi corazón decidió por mí.

Lancé una plegaria a los cielos eternos en aquella oscuridad pasajera, la verdad, no recuerdos mis palabras, no recuerdo mis miedos ni mis sufrimientos…fue el estado de catarsis en el que me vi sumergida que hizo el trabajo por mí.

Pero ahí estuvo tu mano para detenerme con un puño y confinarme al eterno despertar del desasosiego. Creíste hacerme un bien. No es así como lo vi, te odié, te odié tan grandemente que preferí lanzarte hacia abajo al abismo con todo y tus buenas intenciones.

Pobre de mí y mi fallida liberación. Quedé como esclava de mis emociones, otra vez.
¡No sabes cómo maldije tu nombre! ¡Cómo desprecié tu existencia! ¡Cómo deseé tu muerte!
Y ahí estábamos, frente a frente, como dos completos desconocidos…tú me mirabas como si observaras el vacío, yo como si fueras el ser más despreciable del mundo.

Y terminó como se suponía.
Tú, con el rostro pétreo, cetrino, desencajado y yo…yo con tu sangre entre mis manos, ensuciando mi rostro y palpando tu dolor, convirtiéndome en tu asesina, una maldita muerta viva condenada a la existencia perentoria de quien ya no vive por vivir, sino, por respirar…
Con odio tomé el puñal, con odio lo fundí en tu alma y con odio acaricié tu rostro por última vez, pero con amor nacido de mis entrañas te lancé al precipicio y te dije adiós para siempre

En esta noche, donde la luna ilumina mi rostro, y mis fuerzas  dan un último consuelo, vengo a este doliente santuario para yacer contigo en nuestro lecho nupcial.

miércoles, 18 de abril de 2012

Susurro al viento

Amigo, amigo querido, tan querido que duele
No sé si alguna vez volverás, o si leerás estas cansadas palabras.
Pero faltó el adiós, el hasta siempre…alma solitaria de caminos solitarios inquebrantable como el junco, desea volar y no puede, sus alas están rotas.
Mira hacia el infinito y allá eleva su plegaria a un punto perdido en el firmamento…
Deseaste un instante en soledad, como quien ha vivido viejo y quiere descansar
¿Tan vacío se te hizo el mundo, tan indigno que quisiste escapar?

Ahora quedo solo yo, y  cada vez que los árboles crezcan, den su fruto, nuestros amigos se casen y sean padres…pensaré en ti.
Cada vez que escuche una noticia de ellos y mire hacia el infinito estaré pensando en ti.
Cuando uno a uno vaya desapareciendo y emprenda nuevos rumbos, cambie de ciudad y ya no vuelva…pensaré en ti.
Cada vez que mire hacia atrás, hacia nuestra niñez y ría nostálgicamente mis pensamientos volarán como una mariposa hacia donde descansa tu alma y susurraré en tu eterno sueño un acontecimiento más en el que tú no estarás…lo hago…lo hago con la esperanza de que un día desees volver y terminar con todo para volver a empezar…