“Deseo mirar desde la ignorancia el
mundo a mi alrededor, como cuando era niña y veía horizontes de oportunidades
frente a mis ojos.
Quiero pretender que todo sigue igual
y que un día despertaré de un mal sueño, de una horrible y prolongada pesadilla.”
Su alma está pobre y despedazada. No tiene lugar y está triste. Cree no
creer que cree cuando cree de verdad…
Se torció las entrañas una vez de muchas, como
loca, sonrisas volaron de sus labios corrigiendo el negro casi gris de las
nubes de su casa.
Fue boba su canción, pero triste su letra. Habla de
lo voraz que es la vida y sus comienzos de finales tristes, un pasado mullido
en la desdicha.
Comenzaré por deletrear pequeñas palabras en su
nombre, en el nombre de esa figura escondida.
F-E-L-I-C-I-D-A-D: Cree no saber lo que significa
realmente. Sufre al sentir la verdadera necesidad de serlo. No puede concebir
su ausencia y la tristeza se le va convirtiendo en amiga y casi hermana.
Siente miedo de no alcanzarla y la confunde con
paz.
Tiende a darse por vencida y a dejar pasar la vida.
Comprende que FELICIDAD es un concepto teórico, el
cual nunca llevará a la práctica.
A-M-O-R: Sabe que es un término alejado de su órbita
y no obedece a sus cánones.
Viaja en las tardes de luna llena de abriles olvidados
soñando con un imposible, no existe su otra mitad ni ese deseo flagrante por poseer
lo que sabe no es suyo.
Conclusión final; no existe.
M-U-E-R-T-E:
Un todo, una nada. Algo de lo que no podremos escapar…vagaremos por siempre y
para siempre y nunca nos dejará. Es quien nos acompaña eternamente.
“Y dulcemente seremos lo que nunca
fuimos y elegimos lo que no queremos, fueron los momentos felices motivo de
tristeza porque no existieron y fueron convertidos en melancolía con matices de
hojas otoñales que solo traen lágrima y desazón a un corazón cansado y
quejumbroso, lleno de odio y dolor.”