viernes, 16 de diciembre de 2011

Amancer para no olvidar

 Con el transcurrir de la noche, las horas se van haciendo cada vez más pesadas, el tiempo va dando cuenta del curso que vamos tomando.
No me gusta esta sensación de fragilidad que nos va envolviendo sin poder evitarlo. El solo hecho de pensarnos frágiles, efímeros, mortales…me está matando…
Es irónica la vida al enseñarnos a punta de golpes lo frágil que puede ser. Y nosotros aquí, muertos de miedo en nuestra ignorancia e hipócrita pantalla de inmortalidad. Quizá no comprendemos que quien ya no está es el verdaderamente inmortal, el que viaja a las estrellas antes que nosotros, el ser que finalmente encuentra la paz. Quizá el cambio nos hace temer, quizá estamos en el lado incorrecto de las cosas…pero ya no importa, los años nos muestran la poca importancia de lo que consideramos crucial.

Estoy cansada, algunas veces vieja, otras; decididamente muerta. Esta noche por ejemplo, asaltan como ladrones los sentidos de una mente marchita por la desesperanza de las emociones. No quiero avanzar más, he comprendido al fin a quien dijo hace ya una década; “He vivido demasiado”. Sé muy bien a qué se refería. Lo comprendo al fin.
¿Cuántas vidas he dejado ya? No recuerdo cuantas, solo recuerdo que las dejé, que me creía infeliz, pero estaba equivocada. La miro con tanta añoranza, esas imágenes que ahora son grises y de colores sepia. Algunas veces pesa la soledad, pesa y duele mucho, más cuando veo que alrededor los muros que creía inexpugnables…ya no existen.

Puedo ahora llorar libremente en estas palabras las lágrimas que no tengo, esas lágrimas que se secan antes de cruzan el camino hacia la libertad, no las libero por mi, no por mi que no valgo la pena, sino por todo aquel que se muestra miserable y sin fuerzas en esta vida cruel y marchita. Puedo cruzar el umbral del dolor por ellos y gemir de desdicha por todos los que se han quedado solos, los que su alma no tiene consuelo, los que sufren en silencio, los que no tienen esperanza. Deseo ser su anestesia para este dolor tan grande que pareciera eterno, como las palabras que no paro de escribir.
Deseo tantas cosas que me quedo sin ellas para ofrecerlas, perdóneme todo aquel que suplica y desea consuelo, perdóneme por favor, deseo tanto, desde mis entrañas ayudarlo, algún día lo haré, pero no ahora. Perdóneme. Es que las palabras me pesan y me siento tan vieja, tan sola, tan silenciosa…tan vacía.
Esta noche no soy nadie, pero siento el dolor de todos. Esta noche estoy viva, pero estoy muerta. Alguna vez descansaré como tantos lo han hecho, pero no ahora. Quizá mañana, cuando ya todo haya terminado al fin. Como mis palabras y esta noche, que poco a poco nos entrega la claridad cínica de un amanecer para el olvido.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Diario tardío

Querida flor de Atardecer:
  Siempre tan callada, solitaria como ninguna.
  Deseo llamarte melancolía en mis días sin sol y fortuna en mis días sin luna
  Quiero decirte, confesarte que he vivido muchas vidas en una sola
  Que me imagino caminando por el pasto verde salpicado de rocío en el amanecer
  Que mi vida es gris, opaca…sin colores desde hace mucho

Querida soledad de otoño:
 Deseo tanto estar otra vez bajo tu arrullo
 Necesito tanto mantenerme atada a los recuerdos vivos de un pasado muerto
 Te pido los sentidos de una brújula para entender mis naufragios internos
 Anhelo tanto lo que he perdido que el alma me pesa y me hiere desde lo más profundo…
 Vida de fuego la del árbol caído, como la mía que es hiel en la sabia del bosque.

Querida Moira:
 Te has llevado a muchos de los míos…y los extraño
 Todavía siembras el pánico de antaño, pero te quedas escondida
 Fuiste cruel al abandonarme cuando las fuerzas se precipitaban y suplicaba descansar
 Me negaste el abrazo eterno de quien padece por siempre y no logra despertar
 …por favor, te pido no volver, no regreses ahora que ya los espacios no sobran

Querida Vida:
  Permanece con nosotros para siempre
  Haznos el favor de hacernos inmortales
  Permítenos la paz del mediodía
  Danos dicha y quietud, necesito seguir respirando…necesito pensar que la vida no es frágil
  Quédate siempre así, como ahora y detén el tiempo que no concede el perdón.

Desafío al muro de los lamentos en sus santos padecimientos la vida de un mendigo pasar.
Querer sentir la dicha de un eterno reencuentro del adiós terrorífico.
De quien recuerdo como al olvido y no puedo borrar
…desafío al muro de los lamentos en esta conciencia maldita de recuerdos malditos hechos de actos lamentables que atesoro como brazas ardientes en mi cabeza…desafío…desafío al lamento como vil perdedor comparado con mis grises prados y negras alegrías.

Anhelo

¡Qué instante más anhelado que el olvido!
Tal es el dulzor  del manantial de tristeza
¡Por qué lloramos si el fin está cerca!
Un último soplo y nos habremos ido.

Abrazo de mil hieles florecido.
Abrazo de esperanzas ofendido.
Abrazo de nostalgias abatido.
El último abrazo de mi vida compartido.

Disipamos las lágrimas bajo el mantel de sentimientos.
Mientras la luna opaca nos sigue de cerca.
Gritamos fingiendo felicidad que no sentimos.
Vil miedo hipócrita de padecimientos.

Cuando ya escasas son las horas que nos quedan
Tomo tus pupilas en las más
Y aún mirando el sol apagarse
…le pido a las parcas un instante más bajo tus ojos para siempre no olvidarte…

jueves, 1 de diciembre de 2011

Larga espera

Me destrozas la vida en el silencio de las notas bajas. Quiero saber mucho y poco de ti. Hueles tan bien…desespera esa proximidad que no llega…deseo tanto besarte, compartir contigo las sensaciones del alma dormida, pero no llegas, te vas y no vuelves. Ingrata sensación la del rechazo…sería demasiada la poca dignidad que me queda si te pido, te suplico que permanezcas aquí…a mi lado.
Castillos en el aire son los que construyo para alcanzar ese día, esa tarde, ese crepúsculo que no llega…por favor, te espero en la eternidad del espíritu quieto que no reconoce el error…regresa, regresa…aparece de una vez de detrás del sauce.
Besémonos entonces bajo la sombra del árbol bajo el claro de luna singular…solo deseo rozar tus labios sedosos, juntarlos con los míos, sedientos de tu aliento que me sabe a néctar,  una vez más esa proximidad mística del calor de los cuerpos bajo la niebla, mecidos sobre el arrullo del silencio nocturno…por favor…aparece…necesito de tu voz, tu aliento, tus besos, tu ser…necesito estar completa otra vez…miseria de vida la mía, esperándote en la eternidad por unos segundos de gloria.

...¿Quieres...? ¿Quieres que tengamos una vida inmortal juntos?