jueves, 1 de diciembre de 2011

Larga espera

Me destrozas la vida en el silencio de las notas bajas. Quiero saber mucho y poco de ti. Hueles tan bien…desespera esa proximidad que no llega…deseo tanto besarte, compartir contigo las sensaciones del alma dormida, pero no llegas, te vas y no vuelves. Ingrata sensación la del rechazo…sería demasiada la poca dignidad que me queda si te pido, te suplico que permanezcas aquí…a mi lado.
Castillos en el aire son los que construyo para alcanzar ese día, esa tarde, ese crepúsculo que no llega…por favor, te espero en la eternidad del espíritu quieto que no reconoce el error…regresa, regresa…aparece de una vez de detrás del sauce.
Besémonos entonces bajo la sombra del árbol bajo el claro de luna singular…solo deseo rozar tus labios sedosos, juntarlos con los míos, sedientos de tu aliento que me sabe a néctar,  una vez más esa proximidad mística del calor de los cuerpos bajo la niebla, mecidos sobre el arrullo del silencio nocturno…por favor…aparece…necesito de tu voz, tu aliento, tus besos, tu ser…necesito estar completa otra vez…miseria de vida la mía, esperándote en la eternidad por unos segundos de gloria.

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