Siempre tan callada, solitaria como ninguna.
Deseo llamarte melancolía en mis días sin sol y fortuna en mis días sin luna
Quiero decirte, confesarte que he vivido muchas vidas en una sola
Que me imagino caminando por el pasto verde salpicado de rocío en el amanecer
Que mi vida es gris, opaca…sin colores desde hace mucho
Querida soledad de otoño:
Deseo tanto estar otra vez bajo tu arrullo
Necesito tanto mantenerme atada a los recuerdos vivos de un pasado muerto
Te pido los sentidos de una brújula para entender mis naufragios internos
Anhelo tanto lo que he perdido que el alma me pesa y me hiere desde lo más profundo…
Vida de fuego la del árbol caído, como la mía que es hiel en la sabia del bosque.
Querida Moira:
Te has llevado a muchos de los míos…y los extraño
Todavía siembras el pánico de antaño, pero te quedas escondida
Fuiste cruel al abandonarme cuando las fuerzas se precipitaban y suplicaba descansar
Me negaste el abrazo eterno de quien padece por siempre y no logra despertar
…por favor, te pido no volver, no regreses ahora que ya los espacios no sobran
Querida Vida:
Permanece con nosotros para siempre
Haznos el favor de hacernos inmortales
Permítenos la paz del mediodía
Danos dicha y quietud, necesito seguir respirando…necesito pensar que la vida no es frágil
Quédate siempre así, como ahora y detén el tiempo que no concede el perdón.
Desafío al muro de los lamentos en sus santos padecimientos la vida de un mendigo pasar.
Querer sentir la dicha de un eterno reencuentro del adiós terrorífico.
De quien recuerdo como al olvido y no puedo borrar
…desafío al muro de los lamentos en esta conciencia maldita de recuerdos malditos hechos de actos lamentables que atesoro como brazas ardientes en mi cabeza…desafío…desafío al lamento como vil perdedor comparado con mis grises prados y negras alegrías.
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