Los orientales buscan la solución en la simpleza de las cosas. Nosotros
no, creemos que en el entuerto más grande hallaremos lo que estamos buscando,
pero qué es lo que verdaderamente buscamos…qué, me pregunto…
Supongo que la palabra exacta que engloba todo es “Felicidad”…los
orientales, y a mi parecer quienes más asertivos son, buscan la “armonía”
(Bella palabra para describir toda una existencia). Y sí, yo busco eso, armonía,
porque felicidad es un concepto tan volátil y lejano que no la siento una meta.
No, no quiero ni deseo la felicidad, deseo la dulce, prolongada, tranquila y
serena “armonía”. Ese bienestar interno que te dice: “No hay nada de qué
preocuparse, todo está en orden. Como debe ser”.
Hallar lo que venimos a buscar no es fácil. Se necesita
determinación, aguante, entrega, arrojo…valentía. Levantar la voz y gritar “Libertad”
es de visionarios, personas que nacieron para luchar, ayudar a otros a avanzar,
a veces pienso y deseo tanto ser una de esas personas, una de aquellas que
ayude a encausar al resto y morir así, ayudando. Mi sueño es despedirme de este
mundo contribuyendo. No quiero desperdiciar nada, he comprendido desde hace
mucho que lo único que tenemos es tiempo, y que si no lo ocupamos, él se ocupará
de nosotros.
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