¿Resignación?

Un amargo sentimiento se apoderó de todos el día de hoy, la fatalidad nuevamente acoge con brazo firme nuestro país.

Tragedia en toda su extensión, veintiún almas perdidas para siempre en un viaje eterno.

Lo malo es que nos deja a todos, una nación entera a merced de la tristeza perra que se ve en los ojos de cada compatriota.

Se va a echar de menos esa cara conocida, esa voz, esa persona…pero es que la muerte es así. Se lleva todo, puede que tarde, puede que temprano, pero se los lleva igual. Lo malo somos nosotros, como mendigos del azar. ¡Qué día tan triste! Pobre gente que tuvo la mala fortuna de morir así; tan dramáticamente, brutalmente.

Y al final nos parece un mal sueño, como si el día lunes al prender la televisión nos saludará un conductor tan entrañable como cotidiano y no pasará nada más de lo acostumbrado, con un periodista entrevistando tempranito en la mañana con unos fríos atroces recibiendo las pullas buena onda de sus compañeros….y una vez más nos engañamos, sí, porque si 33 vivieron, 21 murieron. A unos las entrañas de la tierra  los escupió (por algo será) y a otros el voluble aire los lanzó directo a las fauces del mar, para no devolverlos, para perpetuarlos por siempre en esas gélidas y traidoras aguas, bravas, fieras como los chilenos curtidos en la tragedia, curtidos pero nunca resignados…

Hoy día, como dijera alguien conocido, la marraqueta es la misma de ayer, pero esta mañana nos sabe a amargura, dolor…tristeza, nada digno de digerir.