jueves, 18 de agosto de 2011

Cruel mueca del destino.
Ave del infierno, mancillas con crueldad los cielos inexistentes…
Esos ciegos de la ira te observan aferrados a las carnes de inocentes bañados en sangre ¡sangre corrompida! Fuiste tú la paloma destruida en sus albores, la que camina descalza por el fango hasta caer hastiada de las náuseas y el mareo.
¡Rasgas las ropas en un dulce susurro guiada por el eco suave de tus angustias y te bañas en ese charco acuoso y negro de tu oscura conciencia!
…Vuelve a ese viejo sillón, bañada, limpia y mancillada en ese remilgo de insoluta y pueril sangre…
Renegridos los dedos de la escarcha, hastiada ya de la conciencia cetrina, toma el puñal de la redención a pasos de un cuello blanquecino y mortal en su inocencia.
Manitas de piedad te sostienen, caritas de sonrisas, todas amargas, te impulsan…y es tiempo de partir. Coge el maldito puñal y acaba ya con todos, con todo ¡acaba contigo en ese miserable y estrepitoso mundillo de servil penitencia!
…una única mancha púrpura baña tus sueños eternos en este único y vil final.


No hay comentarios:

Publicar un comentario