Si tan solo tu alma y la mía bailaran este, mi último réquiem…
Si tan solo tus deseos fueran los míos y nos arroparan los cielos en su delicado esplendor de ensueños…seguramente estaríamos unidos por la eternidad en ese beso mortuorio en mi hora final…te deseo muerto y entregado a la eterna pasión en el lecho de los abismos vacíos de sueños santos, te deseo pálido y entregado al encuentro de finales trágicos como el nuestro que implora por la muerte rapaz…Te deseo como a nada en este mundo y el otro, simplemente te anhelo, así, inherente al dolor y al descanso, inmerso en agónicas plegarias secas de llanto por el que ya no está…
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